Microfinanzas y dinero móvil: las potentes herramientas de África para el desarrollo

14/4/2022

Se estima que el 57% de la población de África, aproximadamente 95 millones de personas, no tienen una cuenta bancaria tradicional.

Para muchas de estas personas, esto significa no poder enviar dinero, ahorrar o acceder a créditos, además de tener que asumir los riesgos de manejar dinero en efectivo. Quienes no disponen de bancos son más vulnerables y pueden convertirse en víctimas de delitos.

¿Cuál puede ser la respuesta? Las microfinanzas, un tipo de banca que ofrece servicios financieros a personas o grupos de personas con bajos ingresos que, de otro modo, no podrían acceder a las finanzas.

Este sistema bancario, relativamente nuevo y basado en la tecnología digital, está considerado por sus defensores como una herramienta eficaz para aliviar la pobreza y potenciar el desarrollo.

Muchas personas consideran la inclusión financiera un salvavidas útil esencial para que los africanos puedan acceder servicios bancarios básicos y lograr mayor autonomía sobre sus finanzas.

Ciertos productos de las microfinanzas, como los préstamos y los pagos móviles, están aumentando en popularidad y apoyo como una forma ágil y adecuada para ayudar a esta generación invisible de potenciales clientes bancarios.

Estos nuevos sistemas permiten a las personas físicas y las empresas acceder con libertad a unos productos y servicios financieros útiles y asequibles que satisfagan sus necesidades, como transacciones, pagos, ahorros, créditos y seguros, que se prestan de forma responsable y sostenible.

La herramienta más común de microfinanzas son los microcréditos, pequeños préstamos (de entre 50 y 1500 USD) que se conceden sin avales para facilitar el desarrollo de la comunidad.

Además de como servicio financiero, también pueden utilizarse para facultar directamente a emprendedores y pequeñas empresas y ayudar a que miembros de la comunidad gocen de mayor independencia económica.

Los servicios financieros móviles y las soluciones de tecnología financiera son especialmente prometedores en África, donde la inclusión financiera solo es del 43 % (mientras que la adopción del móvil en la población es de casi el 90 %).

Muchas organizaciones dedicadas a las microfinanzas son básicamente híbridas: trabajan para aumentar la inclusión financiera y reducir la pobreza, y a la vez tienen objetivos financieros sostenibles.

En Tanzania, las mujeres pobres pueden acceder a microcréditos para emprender sus negocios y contribuir a los ingresos de su familia. En Senegal, los antiguos niños callejeros (llamados «talibés») están utilizando las microfinanzas para poder granjearse un futuro más estable por medio de la creación de empresas a pequeña escala.

Las microfinanzas también generan beneficios no económicos, como sanidad, seguridad alimentaria, nutrición, educación, empoderamiento femenino, vivienda, creación de empleos y cohesión social.

Las organizaciones dedicadas a las microfinanzas necesitan valorar constantemente los beneficios que desean generar en la sociedad frente a la rentabilidad económica. Sin embargo, existen dudas, ya que algunas organizaciones se han dedicado a explotar a personas vulnerables.

En Nigeria, la gente dice que muchos de estos bancos que operan en el mercado se aprovechan de la desesperación de las personas y de la falta de cultura de muchas mujeres y añaden cargos ocultos, como intereses adicionales o comisiones varias sin explicar, además de tener tipos de interés que supera el 20 %.

Sin embargo, y a pesar de las condiciones de los préstamos, estas instituciones son el único salvavidas económico para muchos nigerianos. Proporcionan algo fundamental, el dinero, sin el complicado proceso burocrático que exigen los bancos convencionales y sus demandas de avales.

La aplicación de banca móvil digital y microfinanzas M-Pesa es muy popular en Kenia y cuenta con más de 28,3 millones de usuarios activos –de una población de 30,3 millones– y 248 000 agentes.

En un solo año, la aplicación keniata M-Pesa procesó más de 200 000 millones de transacciones, equivalentes a más del doble del PIB del país.

El impacto de M-Pesa en la economía keniata ha sido muy notable. Un estudio estima que M-Pesa ha aumentado el nivel de consumo per capita y ha sacado de la pobreza al 2 % de las familias del país. Al aumentar la resiliencia financiera y los ahorros también se crean más posibilidades de empleo.

Los políticos, las empresas tecnológicas financieras y los empresarios de tecnologías de la educación prometen tener en cuenta estas implicaciones y ayudar a las organizaciones de microfinanzas a utilizar la tecnología móvil para aumentar tanto su solidez financiera como la intensidad de su alcance social.

"Cualquier persona puede pagar con M-Pesa la comida en un hotel de cinco estrellas o una taza de té en un puesto ambulante."
Profesor Njunguna Ndung’u, Gobernador del Banco Central de Kenia

Las microfinanzas y las aplicaciones móviles de transacciones monetarias se consideran fundamentales para salvar la brecha entre lo formal y lo informal que divide todos los mercados, y dar a los africanos más control sobre su futuro financiero.

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