Dos proyectos dirigidos por mujeres para afrontar la crisis del agua en África

17/10/2022

Dos proyectos dirigidos por mujeres para afrontar la crisis del agua en África

África está soportando la peor parte de los efectos del cambio climático, en particular los casos de clima extremo.

Desde hace mucho tiempo, el acceso al agua es un problema para el desarrollo de las naciones africanas y su demanda sigue en aumento (por ejemplo, el rápido aumento de la población conlleva la expansión constante de la red agrícola). Si a eso añadimos los devastadores efectos del cambio climático sobre el suministro del agua, el futuro de África tiene unas perspectivas cada vez menos halagüeñas.

La sequía y la escasez de agua son comunes en todo el cuerno de África y Kenia está sufriendo su peor sequía en 40 años. Después de tres años sin precipitaciones, la infraestructura y la producción agrícolas han quedado destruidas y 18 millones de personas están al borde de la inanición.

La crisis del agua en África afecta mucho más a las mujeres. Según UNICEF, mujeres y niñas de todo el mundo dedican 200 millones de horas (22 800 años) cada día recorriendo largas distancias desde sus casas para recoger agua.

Mientras que los líderes africanos e internacionales siguen dando vueltas a posibles soluciones, unas pocas mujeres africanas están tomando cartas en el asunto y obteniendo unos resultados impresionantes.

Agua de niebla

«Dar Si Hmad» es una iniciativa sostenible sin ánimo de lucro de Marruecos, confundada en 2010 por Jamila Bargach. Por aquella época, Marruecos estaba sufriendo una escasez muy grave de agua, un problema que ha acabado por empeorar y convertirse en la peor sequía en al menos 3 décadas.

La solución de Bargach era sencilla. Aunque los lechos fluviales y las reservas de agua de su zona se habían secado, observó que aún seguía formándose niebla. Bargach y un reducido grupo de científicos y desarrolladores de la German Water Foundation empezaron a diseñar una forma de aprovechar hasta la última gota de agua de esta fuente tan inesperada.

Al final crearon una red especial diseñada para «atrapar» la mayor cantidad posible de agua a partir de la humedad de la niebla.

«Pensemos en una red de voleibol. Por la mañana, estará húmeda porque ha estado atrapando la humedad ambiente. Pues el principio es el mismo», explica Bargach.

Una vez capturada, la humedad se recoge y pasa por un sistema especial de conducción que la lleva a unos contenedores que se distribuyen entre las comunidades locales.

La última versión de esta tecnología atrapaniebla, el sistema CloudFisher, es el mayor de su clase del mundo y puede extraer hasta 6000 litros de agua al día para los aldeanos.

Esto no es solo fundamental para la vida en la comunidad, sino que además alivia la carga que recae sobre las mujeres de esas comunidades.

Flujo de dinero

Además de ser único por su propio concepto, el proyecto de extracción de agua de la niebla se financió por medios poco habituales.

En vez del proceso tradicional, que consiste en pedir financiación al gobierno (algo especialmente complicado de conseguir justo después de una crisis financiera), Bargach y su equipo movilizaron a voluntarios de la comunidad y pidieron donaciones. Han conseguido suficiente financiación de todas partes del mundo como para poner en marcha 16 instalaciones de redes desde 2010 en pueblos de toda la región de Aït Baamrane. Para Bargach y Dar Si Hmad, esto es solo el principio.

«Estamos en proceso de ampliar los proyectos y esperamos poder conectar al menos 8 poblaciones más, tal vez 12, dependiendo de la financiación que tengamos», dijo.

Tuberías salvavidas

En el otro lado del continente, en Ruanda, otra iniciativa dirigida por mujeres relacionada con el agua está impulsando el cambio en las comunidades locales del país.

En 2014, Christelle Kwizera fundó Water Access Rwanda. El objetivo era reducir el tiempo que dedican las mujeres de su comunidad local a recoger agua desarrollando una infraestructura que permitiera instalar conductos de agua en las casas, además de puntos de recogida públicos, a un precio muy bajo.

El servicio de más éxito y más eficaz de Water Access Rwanda ha sido el que Kwizera llama «Inuma», un sistema de «miniredes» que tardan en construirse entre 6 y 18 días cada una. El proyecto de construcción permite crear oportunidades laborales para los trabajadores locales y técnicos de sistemas de riego, quienes tienen que perforar el pozo.

Una vez terminado, se instala un quiosco –el lugar al que se lleva el agua desde el subsuelo y se cambia por vales– para que las comunidades puedan comprar el agua. Se pueden comprar más de 1000 l de agua por aproximadamente 1 USD, una auténtica revolución y democratización del agua.

Cualquier casa privada que se encuentre dentro del alcance de una minired puede negociar su propia instalación.

El éxito de Kwizera en la lucha por el cambio en su comunidad de Ruanda fue solo el principio. En la actualidad, tiene grandes equipos de trabajadores en lugares tan lejanos como la República Democrática del Congo, Burundi y Uganda.

¿Un deseo de cambio?

Las empresas innovadoras dirigidas por mujeres, como Dar Si Hmad y Water Access Rwanda, prometen un futuro brillante y sostenible para la respuesta de África al cambio climático.

Lo que convierte en especiales estos proyectos es su filosofía basada en la comunidad: los problemas locales complejos se resuelven mejor aplicando el conocimiento local. Es la esperanza de que será el propio ingenio africano quien alumbrará soluciones basadas en la comunidad por todo el continente africano.

Relacionado

Las noticias que debe conocer.

Nuestro equipo aporta su ojo experto a cada historia, acontecimiento o idea. Noticias eficaces bien coordinadas y presentadas de forma destilada, no diluida.

Ya sea global, nacional o local, si es importante está en Africa Verified.